miércoles, 24 de diciembre de 2014

RECUERDOS DE UNA VIDA


Lo primero que recuerdo es a mi hermano pequeño que tiene dos años menos, mamando del pecho de mi madre.

Recuerdo que llevaba una especie de braguero de goma, estaba herniado y me pasaron por una higuera un tal PEDRO y un JUAN diciendo toma JUAN dame PEDRO y viceversa, me pasaron varias veces y no se si fue la higuera o el braguero el caso es que funciono y me cure.

Cuando tenia cinco o seis años un hombre mayor del pueblo nos quería enseñar a unos amigos y a mi a bailar danzas cosa que no recuerdo como se hacía.

Cuando tenia cinco años murió mi abuelo paterno del cual solo recuerdo jugar con el en la plaza del pueblo y hacer bolas de lavanda.
A los siete años murió mi madre por un cáncer, yo iluso de mi, me alegre no sabia de la importancia que supondría.

A mi padre se le vino el mundo encima, con tres niños que iban al colegio y teniendo que trabajar no podía con todo de ahí que tía me llevara con ella al comprobar que me podía vestir por mi mismo .

No me llevaba bien con los estudios y cuando termine sexto volví al pueblo no se si por las malas notas o por que me dijo un amigo que mi padre abonaba todos los gastos que suponía el vivir en Alcoy.

Regresé al pueblo yo me sentía capaz de realizar cualquier trabajo, por lo cual mi padre buscó trabajo podando pinos ,no había pasado tanto frío como ese invierno ,me pagaron como aguador por que no tenia la edad permitida, mi padre se enfadó con el encargado por no habérnoslo dicho antes.

Trabajé temporalmente en la obra, en la cooperativa y en el campo hasta los dieciocho que me llamo el deber y hice la mili en Madrid, que trece meses desperdiciados lo único que me traje fueron unos quilos de mas y un cursillo que hice de peluquero.

Murió la abuela materna y la casa la compramos mis hermanos y yo la parte de arriba y nos hicimos un piso compartido.

Cuando cogí la blanca me fui con mi hermano mayor a cubrir una baja en unos jardines como no encontraba un trabajo fijo, mi hermano pequeño me buscó trabajo en Benidorm cuyo trabajo duró diecisiete años hasta que cerró la empresa, dejó la fruta por los ladrillos.

Ahora que ya tenía un trabajo fijo ya podía casarme, me casé y a los cinco años tuvimos a nuestra hija, después de cuatro abortos damos por finalizada la etapa de traer retoños a este mundo.

Como a mi hermano le había bien se construyó un chalet en el pueblo y yo me quedé con el piso compartido.

Después de unos meses en el paro, una empresa que conocía me buscó para trabajar con ellos, como conocía a un encargado que me dio buenas referencias me puse a trabajar con lo que no perdí mi condición de encargado.

Pasados unos años compré la casa de la abuela de mi mujer la cual había muerto, la casa necesitaba una reforma importante y entonces me vino el ictus el cual no me esperaba, tuvimos que hacer la reforma y irnos a vivir al pueblo.
Recuerdo una anécdota que me contaba mi familia de Alcoy, era que mi abuelo paterno, estaba tomando el fresco y charlando en un banco con un paisano cuando escuchaba una situación en Nueva york que el terminó de contarla, estando en un casino entraron a robar unos atracadores y el único que salvo el dinero era mi abuelo al tirar la cartera por un ventanuco que daba a un callejón.
Mi abuela materna me contaba que sus padres la habían abandonado de pequeña con sus abuelos para irse a la Argentina y no volvieron
nunca, cuando ya estaba jubilada recibió la visita de un hombre mayor que decía que era su hermano y quería conocerla ya que sus padres se lo habían contado.
Es importante conocer las raíces .
No quería recordar el episodio del ictus por lo mal que lo pasé, todo empezó con un simple mareo y los amigos me llevaron al hospital, cuando me llevaron a la habitación me dic un fuerte dolor de cabeza, no lo pude soportar y entré en coma ,la familia me a dicho que el neurólogo les decía todos los días que no tuvieran esperanza, no tengo conciencia de cuando desperté del coma, recuerdo como un sueño del cual no se lo que en verdad soñé o lo que era realidad ,no tengo claro si cuando abrí los ojos estaba consciente o no, pero si me acuerdo del daño que me hacían cuando me abrían la boca para limpiarla, me llevaron al quirófano para cambiarme la cánula, del cual volví a la UCI, recuerdo que una enfermera le decía al medico, se nos va y todos nerviosos hasta que un medico me inyectó algo y me llevaron a la UCI ,después de unos días me llevaron a la habitación, lo mas duro era pasar la noche pues la fiebre y el dolor de cabeza no me dejaban dormir y tenia alucinaciones.
Cuando me enviaron al hospital de Aguas Vivas tenia muchos problemas de respiración y me dieron varias neumonías, tras las cuales me remitieron al hospital de la Rivera del cual tengo malos recuerdos, una de las veces que me llevaron a urgencias me pincharon el pulmón con una jeringuilla el medico creyó que lo tenia encharcado y lo único que sacó fue sangre.
En la habitación me hicieron tres aspiraciones del pulmón, después de algunas sesiones de la fisioterapeuta que se desahogó conmigo.
En el hospital de Aguas Vivas se me trataba muy bien excepto dos personas, la dietista pasaba de mi, no me quería pesar a diciéndole mi mujer que me pesara que tenia diarrea y en dieciocho meses me pesó cuatro o cinco veces.
La otra persona que se me hizo desagradable fue la coordinadora la cual me tenia el horario partido los dieciocho meses con la excusa de que no la saludaba con la voz, cuando hace ya cuatro años y no puedo hablar.
Lo quiero decir con esto que dos personas pueden echar por tierra el trabajo de otras muchas.
EL año pasado me caí y se me rompió la cadera derecha ya he recuperado la fuerza que tenia en la pierna derecha, desde el pueblo no pertenezco al hospital de Alcoy y no me quisieron llevar en la ambulancia a Alcoy por lo que tuve que ir en mi coche con mi mujer, padecí mucho al no saber que tenía roto, me tuvieron que levantar del suelo entre una vecina y mi mujer, al coche me subió un amigo cogiendome como a un bebe, en el coche a cada curva me dolía más y al llegar al hospital me subieron a la camilla tres enfermeras que había allí yo ya me imaginaba que era la cadera, lo que mas temía era al quirófano que me hicieran daño y que no pudiese decirlo, tal era mi sorpresa cuando me ataron la pierna a la camilla y no sentí ningún dolor. parecía que estuvieran operando a la camilla de los golpes que le daban con un martillo.
Es deprimente que uno no se de cuenta de lo mucho que quiere a alguien hasta que no se le tiene.

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