miércoles, 10 de diciembre de 2014

UN DÍA PARA RECORDAR

El viernes 24 de octubre, con motivo de la celebración del día del daño cerebral asistí de nuevo al hospital de Aguas Vivas, donde empecé la rehabilitación tras el ictus durante dieciocho meses. Esta vez, asistimos por una razón más alegre: los antiguos pacientes fuimos invitados a una nostálgica comilona. Fue muy emotivo volver a ver a los compañeros que tuve al inicio de esta andadura y a las/los cuidadoras/es que pasaban con ellos la mayor parte del día. A mi personalmente ¡no me habían besado y estrechado las manos tantas veces nunca! Es muy agradable ver que toda esa gente siente un cariño especial hacia uno. La lastima es que faltaran algunas caras conocidas... Se echaba de menos a aquellos que no pudieron superar la enfermedad o que por su edad se han marchado. Algunas veces me pregunto ¿por qué me ha ocurrido esto a mi? y la respuesta que mas me gusta es: que me he quedado para regalar una sonrisa a los demás pacientes. Yo que, como iréis viendo según os vaya contando un poco de mí, no soy de reuniones puesto que no puedo hablar, reconozco que ha sido una experiencia muy positiva para todos los ex-pacientes (¡la dirección del centro debería tomar nota y repetir mas a menudo y el año que viene en Elche!). Fue todo un éxito poder ver lo que han mejorado los pacientes en todo el tiempo en que no habíamos tenido contacto además de saber cómo están y saludar a quienes han cuidado de nosotros tanto tiempo y con tanto cariño.

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