miércoles, 22 de julio de 2015

EXCURSIÓN POR LA SIERRA AL SAFARI DE AITANA

Hoy os vamos a contar como llegar a un agradable safari para pasar un buen dia. Salimos desde el Abdet, dirección Alcoi, hasta llegar a Confrides y entramos por la primera calle. Seguimos recto durante unos cuatrocientos metros y nos desviamos ligeramente a la izquierda por una calle que sube, seguimos unos doscientos metros hasta un camino a la derecha asfaltado. Seguimos por el camino unos cinco kilómetros y llegamos a la fuente del ABRE. Allí se termina el asfalto, seguimos unos cuatro kilómetros y giramos a una carretera a la izquierda que nos lleva al puerto de Tudons. Al llegar al puerto torceremos a la derecha y durante un kilómetro iremos recto después tomaremos a la izquierda durante unos trescientos metros y a la derecha encontraremos el safari. Después de la visita, volveremos por otro camino para que se nos haga más llevadero. Salimos del safari y giramos a la izquierda, continuamos unos cinco kilómetros hasta llegar a Penaguila. A la entrada del pueblo encontraremos una carretera a la derecha con dirección a Alcolecha al cual no llegaremos, tomaremos un cruce a la izquierda y tras varias curvas cerradas encontramos un camino a la derecha. El camino esta asfaltado y tiene una inclinación fuerte, lo seguimos unos cuatro kilómetros hasta llegar a un alto y desde allí empezaremos a descender unos tres kilómetros. Hasta llegar a una carretera que tomaremos la derecha y después de unos quinientos metros pasaremos por Confrides y desde allí llegaremos a Abdet.

miércoles, 15 de julio de 2015

TRADICIONES PERDIDAS

En el pueblo donde vivo, Abdet, en la noche de San Juan era tradición hacer una "moraga", ahora ésta se está perdiendo. La Moraga consistía en coger un manojo hermoso de garbanzos a medio madurar con su mata. El manojo se prendía fuego junto a una aliaga seca, y se colocaban los garbanzos encima durante unos minutos. A continuación se podian comer los garbanzos asados los cuales se quemaban en la calle. Los vecinos se comían los garbanzos por La noche, por eso no se distinguian. En la actualidad ya no quedan familias que subsistan de la agricultura, por ello es difícil encontrar garbanzos con su mata, y esta tradición se ha quedado en el olvido. Desconozco el por que se practicaba la Moraga y si hay algún pueblo que se realice aún. Os voy a contar unas anecdotas sobre esta tradición que me producen unas sonrisas: - Uno de los participantes se comió la gravilla del suelo, pensando que era la moraga. Esta misma persona cuando probo los pistachos, por primera vez en el bar, dijo que tenían un sabor bueno; pero que estaban muy duros. ¡¡¡¡Se los comía con cascara!!!! - Otra anecdota de la que fui protagonista de pequeño. Yo tuve una hernia, y los mayores del pueblo (Juan y Pedro) me pasaron por encima de una higuera como era tradición. Ésta consistia en cortar una rama de la higuera, si se secaba no habia servido de nada; y si no se secaba funcionaba. A mi no se si me hizo efecto o se lo debo a un braguero de goma pero el caso es que me curé. Mi opinión sobre esto es que la fe y la falta de médicos en esos años hacían que buscasen alternativas.

LAS FIESTAS PATRONALES

Los pueblos rurales de la montaña de Alicante necesitan de las fiestas patronales. Los habitantes al desplazarse a las verbenas apoyan las fiestas y comparten la amistad que se alterna. Es difícil saludar a toda la gente conocida e interactuar con ellos. Es una fecha para reunir a los familiares, ya que muchos se han tenido que ir a trabajar a las ciudades mas grandes,es una escusa perfecta para visitar a la familia o amigos y fomentar la amistad. Los jóvenes que están vinculados con el pueblo se preparan con tiempo suficiente para el subidón que supone la movida de la verbena.En las fiestas patronales no supone una barrera la diferencia de edad que hay entre los habitantes. Pues hay buena relación entre todos y se apoyan mutuamente en las tareas que hay que hacer para la organización. La fiesta necesita de la gente y la gente necesita de la fiesta para perder unos días la monotonía de todo el año y recobrar la euforia que nos aportan esos días de fiesta. Los pueblos que se queden sin sus fiestas por falta de gente, se darán cuenta de lo que se pierden. Nunca es tarde para retomar lo que nunca debió perderse. Los vecinos al entablar conversaciones con las amistades que han venido al evento, recuerdan anécdotas atrasadas y la historia no queda en el olvido.