miércoles, 22 de marzo de 2017

CENA PARA RECORDAR

Hace dos semanas, era un sábado.
Un compañero la metió en un grupo de whatsApp, de antiguos compañeros de trabajo y organizaron una cena, a la que no tenía ganas de ir pues tenia miedo de que se hubieran olvidado de mí.
Llegamos con antelación, pues no sabíamos donde era, en Benidorm pero no el restaurante.
Tuvimos suerte y aparcamos en frente, esperamos a que un camarero me bajara por la rampa de entrada que estaba muy inclinada. El restaurante lo regentaba un ex compañero. Nos presentó a su mujer, la que se sentó con nosotros mientras llegaban los demás.
Cual fue mi sorpresa cuando fueron llegando los antiguos compañeros y se acordaban de mí. Uno de los presentes había tenido un problema con el gluten, le producía alzheimer, pero estaba recuperado, cosa que me alegró. Era un buen compañero, solo tenía que regular el gluten.
Me sentí a gusto, todos se acordaban y tenían buenos recuerdos.Durante la cena me sentí un poco florero al no poder meter baza en las conversaciones.
Durante la cena me sentí querido. Solo me sentí aturdido al irme, molesté a los clientes al salir y me tuvieron que subir a la calle. Quedaron para cenar en mi pueblo.
Solo eche de menos a algunos de los antiguos compañeros que no pudieron acudir por problemas personales. Espero la nueva cita. Me sentí a gusto como hacía tiempo.      

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